Algunos días esperas que el
mundo gire junto a ti, que las palabras no te rompan o los silencios no
te atraviesen de adentro a afuera. Esperar es una condición del
ser humano, siempre estamos en torno a ella, siempre creemos que nos merecemos
ese algo que aunque creemos nos pertenece no estamos muy seguros de merecerlo.
Algunos días esperas
que las horas pasen sin perderles el rastro, quieres desde lo más profundo de
tu ser formar parte de ellas y que ellas te acepten sin oponer ninguna
resistencia. Sueñas con que en ellas se
queden grabados los deseos que a veces piensas están reprimidos y encerrados en
lo más profundo de tu ser.
Somos el producto defectuoso de nuestros
defectos, somos las palabras olvidadas de nuestra boca, somos un motivo más
para partir y un motivo más para regresar, desear se convierte en la eterna
verdad de los incapaces.