miércoles, 24 de marzo de 2010

SONETO A TI.

Te escucho en el silencio de la noche,
te escucho en medio del bullicio de la gran avenida,
te escucho desde lo mas profundo de mi ser.

Tu voz es tan dulce como el sonido que producen
los violines que tocan en medio de una orquesta
filarmónica.

Tu ser son las notas musicales entremezcladas

con todos esos instrumentos, produciendo sensaciones
de placer y gozo a quienes la saben disfrutar.

Tu presencia le presta interés a la mía,

tu presencia me permite ser, ver y reconocer,
que sin ti a mi lado nada es tan importante.

Quizás me perdí hace mucho,

quizás me quebré sin querer,
pero mientras recogía los trozos rotos
te conocí, te viví, te perdí...

y aun así sigo soñándote,

sigo esperándote,
sigo amándote.

martes, 23 de marzo de 2010

EN SILENCIO.

Me sentí abrumada, cuando estando recostada a tu lado descubrí que la falta que te haría es insuperable. Me sentí culpable, por no hacer nada para evitarlo, me sofocaron las ansias de saber que no había tiempo ya para cambiar las cosas. Pensé que la culpa me derrivaria antes que cualquier otra cosa.

El calor de tu cuerpo me envolvía lentamente mientras permanecí a tu lado, no sentí cansancio alguno al respirar tu dulce aroma, al contrario; era como aquellos elixir que te permiten viajar a otros espacios en donde disfrutas estando en la comodidad de personas que te atraen y te atrapan sin poderte controlar.

Me entristece saber que no hay un camino largo por recorrer, lo he sentido muchas veces, lo he visto, no logro descifrar como ni porque, pero cuando intento dejar atrás esa sensación de proximidad que hay me lleno de nostalgia. He sentido que mi corazón deja de latir que se arruga como una uva pasa cuando me doy cuenta de lo pronto que es para dejarte.

Tal vez el tiempo no es lo suficientemente poco para hacerte entender que es algo inevitable, quizás lo que mi corazón, mi alma, mi espíritu y mi cuerpo necesitan es dejar de lado el sentimiento de dolor que te cause, quizás lo que mi conciencia necesita es entender que hay cosas que no se pueden cambiar así uno quiera.

Pero ¿Quien puede borrar esa presencia que aunque aun esta presente, pronto estará ausente?


martes, 16 de marzo de 2010

DULCE COMPAÑÍA.

Abrázame compañera eterna,
abrázame para que juntas,
viajemos a aquellos lugares de ensueño
que siempre quisimos visitar.

contigo a mi lado estoy completa,
contigo estoy donde debo estar
no me arrepentiré de verte y sentirte,
no me arrepentiré de seguirte.

En silencio te admiro,
en silencio me convenzo
de que nadie puede ser como eres.

Tu conoces a muchos
y puedes estar con muchos
porque jamas sera alguien capaz de abarcar
lo que tu abarcas.

Te siguen, te aman,
te desprecian los que no te conocen,
hay quienes temen estar a tu lado,
se apartan del camino cuando pasas.

muchos te buscan desesperadamente,
por que saben quien eres
y lo importante que es tenerte cerca.




sábado, 6 de marzo de 2010

Y... sin querer me encontré en ese espacio indefinible, espacio sin fin que me envolvía. En esta nada pude ver como soy internamente, me alegre de encontrarme alejada de todo y de todos, me entristeció verme en medio de la nada tan solitaria, como lo había estado cuando aun estaba en la tierra real, acompañada de cientos de seres a mi alrededor pero perdida. Reí de una manera casi histérica al no tener mas que mis pensamientos abrumadores, llore al pensar que no podría volver y que allí moriría en medio de la locura que puede llegar a controlarnos para no aceptar la verdad.

Pero, ¿Que es la verdad? ¿Que es la soledad? ¿Que es la nada? ¿Que es la locura? Cientos de preguntas se remolinaban en medio de este silencio absoluto, solo un susurro de llanto se escuchaba, ese susurro me despertó del letargo irremediable en el que me sumí por culpa del pánico de ser nadie en medio de nada.

lo busque con los ojos llenos de lágrimas, lo busque tanteando con las manos al pensar que era alguien invisible a mis ojos llorosos, lo busque con el olfato en medio de este espacio tan amplio y desolado, lo busque... Pero, era un eco el que se reflejaba a través del espacio solitario, camine en todas direcciones lo mas lejos que pude y después de tanto andar el cansancio empezó a apoderarse de mi, con el animo casi al borde del fin, me senté. Al cabo de unos minutos comprendí que no había tal cosa, que el susurro provenía de mi.