lunes, 18 de junio de 2012

Es inconfundible e innegable lo mal que nos hace sentir no tener control de la realidad. Por ejemplo; cuando algunas cosas o circunstancias nos afectan a través de otros, lo mejor que podemos hacer es enmascararla con palabras de aliento como “todo estará bien”, olvidando y obviando el hecho de que no somos nosotros quienes necesitamos estar en calma, ni tener ese consuelo, no; no somos nosotros quienes necesitamos sostenernos en pie mientras se lucha por continuar adelante a pesar de las dificultades existentes.

Lo que tal vez atormente a nuestro espíritu es estar seguros de que recae en nosotros la responsabilidad de no permitir que se derrumbe ese incierto consuelo, somos los directos responsables de estar atentos y atados a no permitir que la barrera de la melancolía ate aquellas situaciones tan abrumadoras. Sabemos que la vida es un largo camino que tiene muchas opciones por seguir, que las decisiones afectan no solo a quien las toma, sino también a quienes tienen la responsabilidad de llevarlas a cabo.

Somos un grupo de ingenuos cuando pensamos que somos únicos porque tenemos inteligencia para decidir. Que lejos de la verdad estamos cuando creemos que no dependemos absolutamente de nadie ni de nada. Pero como se ha manifestado en tantas otras páginas, somos una de las creaciones con el deber de estar al tanto de los miedos que nos aplastan si lo permitimos.

sábado, 16 de junio de 2012

Pensar se hace mas tedioso que actuar, sentir se hace mas difícil cuando lo único que quieres es expresar lo desagradable que puede llegar a ser la idea que se tiene de la humanidad misma. 

No estamos lo suficientemente evolucionados como para ser capaces de dejar pasar por alto las minimiedades de la existencia humana, no somos aptos al cien por ciento para que la frustración, la tristeza, el enojo, la melancolía que nos absorbe desde lo más recóndito de nuestro ser sea suprimido totalmente.

Estamos atados a la variedad diaria de una existencia física, estamos atados al no olvido de lo pasado, estamos atados a la vergüenza de ver en los rostros ajenos lo que más detestamos de nosotros mismos. 

Somos el despojo de lo que somos, no es comprensible aun para nuestros cerebros que las palabras, que las acciones y muchas otras cosas a las que estamos acostumbrados nos cieguen. 


¿Cuándo sabrá nuestra razón cual es el motivo de la continuidad diaria?, ¿cuándo sabremos la verdad sobre cuál es el momento propicio de descanso total?, ¿por qué no se puede volver al inicio real y decidir si queremos envolvernos en este actual desorden desbordante de irrealidad?

martes, 12 de junio de 2012

Empezar a darse cuenta de que estamos o dependemos de las acciones no solamente nuestras, sino también de los demás no nos deja brecha de oposición, luchamos fervientemente por tratar de controlar lo que creemos que podemos controlar. Luchamos fervientemente por borrar de nuestras mentes el hecho de estar estancados en este barco sin rumbo fijo.

Peleamos sin tener idea de cuál será el resultado deseado, así ha sido el transcurrir de nuestros días sin gloria, ni victoria. Es triste darse cuenta que lo que posiblemente sea la alegría de nuestro duro trabajo no sea nada más que la respuesta del premio recibido por haber cumplido con nuestro papel de niños buenos, el papel que tuvimos que iniciar a representar desde que nacimos.

Si corremos con suerte y somos lo suficientemente suspicaces nos damos cuenta de que estamos atados por una cadena que de vez en cuando nos permite darnos el lujo de soltarnos solo lo necesario como para ilusionarse porque se cree que estamos en el camino correcto, porque ilusamente se nos permite llenarnos de ilusiones y esperanzas de lo que queríamos llevar a cabo tiene todas las posibilidades del mundo de cumplirse.

Nos dejamos llevar por la felicidad de ver algún progreso, algún vestigio de lo bien encaminados que estamos, somos el dulce grito del alma de muchos que se llena de tristeza cuando conocemos la cruel realidad, no estamos encaminados en ningún camino, solo seguimos la senda que se nos fue trazada de antemano por ese alguien injustificado que no nos permite salirnos del camino programado.




Estamos atados, atascados… o existe posibilidad de volar?

domingo, 3 de junio de 2012

En aquella época solíamos pensar que absolutamente nada nos tocaría, solíamos no tener conciencia de cuan cerca de nosotros estaría la vida, solíamos pensar absurda mente que todo cuanto hiciéramos era únicamente en aquel instante, sin dar importancia al hecho absoluto de que toda acción trae consigo una reacción.  Eramos el curso nuevo, la idea sin proclamar, la hazaña sin llevar a cabo, los visionarios.

Todo cuanto salia de nuestra imaginacion era inigualable, eramos tan inocentes, tan llenos de vida y de control de todo lo que no controlaríamos, eramos tan llenos de ilusiones y alegrías por llevar a cabo.

Que pronto nos dimos contra aquel muro alto y grueso de la verdad, que tan fuerte fue el dolor ocasionado por nuestra propia decepción, que difícil fue aceptar que nuestros sueños puros, solo serian llevados a cabo con gran esfuerzo, pero lo peor y tal vez mas aterrador; fue el darnos cuenta de que no solo dependemos sin querer de los y lo demás. 

No, lo peor fue dar por sentado que nuestra anciada libertad no es mas que una dulce ilusión del alma y del espíritu.

Estamos tan atados a la misma humanidad que no nos deja espacio para creer que podemos huir de ella sin dejar huella.