domingo, 3 de junio de 2012

En aquella época solíamos pensar que absolutamente nada nos tocaría, solíamos no tener conciencia de cuan cerca de nosotros estaría la vida, solíamos pensar absurda mente que todo cuanto hiciéramos era únicamente en aquel instante, sin dar importancia al hecho absoluto de que toda acción trae consigo una reacción.  Eramos el curso nuevo, la idea sin proclamar, la hazaña sin llevar a cabo, los visionarios.

Todo cuanto salia de nuestra imaginacion era inigualable, eramos tan inocentes, tan llenos de vida y de control de todo lo que no controlaríamos, eramos tan llenos de ilusiones y alegrías por llevar a cabo.

Que pronto nos dimos contra aquel muro alto y grueso de la verdad, que tan fuerte fue el dolor ocasionado por nuestra propia decepción, que difícil fue aceptar que nuestros sueños puros, solo serian llevados a cabo con gran esfuerzo, pero lo peor y tal vez mas aterrador; fue el darnos cuenta de que no solo dependemos sin querer de los y lo demás. 

No, lo peor fue dar por sentado que nuestra anciada libertad no es mas que una dulce ilusión del alma y del espíritu.

Estamos tan atados a la misma humanidad que no nos deja espacio para creer que podemos huir de ella sin dejar huella.

No hay comentarios: