sábado, 16 de junio de 2012

Pensar se hace mas tedioso que actuar, sentir se hace mas difícil cuando lo único que quieres es expresar lo desagradable que puede llegar a ser la idea que se tiene de la humanidad misma. 

No estamos lo suficientemente evolucionados como para ser capaces de dejar pasar por alto las minimiedades de la existencia humana, no somos aptos al cien por ciento para que la frustración, la tristeza, el enojo, la melancolía que nos absorbe desde lo más recóndito de nuestro ser sea suprimido totalmente.

Estamos atados a la variedad diaria de una existencia física, estamos atados al no olvido de lo pasado, estamos atados a la vergüenza de ver en los rostros ajenos lo que más detestamos de nosotros mismos. 

Somos el despojo de lo que somos, no es comprensible aun para nuestros cerebros que las palabras, que las acciones y muchas otras cosas a las que estamos acostumbrados nos cieguen. 


¿Cuándo sabrá nuestra razón cual es el motivo de la continuidad diaria?, ¿cuándo sabremos la verdad sobre cuál es el momento propicio de descanso total?, ¿por qué no se puede volver al inicio real y decidir si queremos envolvernos en este actual desorden desbordante de irrealidad?

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