martes, 4 de diciembre de 2012

Solo el sol se posa en mi rostro, solo la brisa me ayuda a vencer esta sensación de ahogo, estoy aquí, mirando hacia un camino inexistente, intentando que mis pasos no se queden pegados en el lodo del engaño.

Lo he intentado continuamente, he luchado para no dejarme vencer por esa pasividad mortal, por no permitirme caer en el despojo de la conformidad, lucho constantemente para no arrastrarme en la miseria de la auto compasión, me libero cada mañana al intentar no pensar que sin quererlo soy parte de algo que no deseo. Estar atado por la necesidad de vivir tranquilamente no debería ser lo más importante.

Somos tan predecibles, somos tan llenos de nada y de todo, somos el producto de la mente perturbada de la misma humanidad, cuando intentamos desesperadamente volvernos normales, pero tendría alguna importancia serlo, no es más importante escapar y asegurarse de que no somos normales?, no es más importante pensar que se puede vivir de una manera diferente?

 Deberíamos vivir sin miedo a respirar, deberíamos ser felices de sentir el más ligero golpe de calor, el más intenso dolor nos advierte que estamos aquí, que estamos vivos, que somos frágiles y llenos de imposibilidades. Pero esas mismas imposibilidades nos dan la certeza de que aun cuando no estemos seguros de lograrlo, somos capaces de intentarlo.

Estar en esta tierra no debería ser complicado, estar pasivo debería ser fácil, deberíamos estar cansados de no estar cansados, deberíamos estar contentos de que la tristeza toca superficialmente nuestra puerta y es solo decisión nuestra dejarla quedarse el tiempo que escojamos que se quede. Deberíamos estar atentos a los silencios que nos permiten escuchar realmente lo que debe ser oído.

Sin embargo estamos tan ocupados buscando cosas innecesarias que lo olvidamos... Olvidamos como es sentirse realmente calmado, olvidamos como es sentirse realmente amados, como debemos sentir realmente... 

martes, 28 de agosto de 2012


Algunos días esperas que el mundo gire junto a ti, que las palabras no te rompan o los silencios no te atraviesen de adentro a afuera. Esperar es una condición del ser humano, siempre estamos en torno a ella, siempre creemos que nos merecemos ese algo que aunque creemos nos pertenece no estamos muy seguros de merecerlo.

 Algunos días esperas que las horas pasen sin perderles el rastro, quieres desde lo más profundo de tu ser formar parte de ellas y que ellas te acepten sin oponer ninguna resistencia.  Sueñas con que en ellas se queden grabados los deseos que a veces piensas están reprimidos y encerrados en lo más profundo de tu ser.

Somos el producto defectuoso de nuestros defectos, somos las palabras olvidadas de nuestra boca, somos un motivo más para partir y un motivo más para regresar, desear se convierte en la eterna verdad de los incapaces.

martes, 10 de julio de 2012


Es la noche tan fría, actualmente no, actualmente se tiene suerte si el viento sobrepasa las cortinas de tu casa, actualmente la lluvia toca momentáneamente a tu puerta para saludarte melancólicamente, o retumba sobre el cielo nublado los rayos intentando encontrar contra que agolparse para que la vida vibre nuevamente.

Estamos atados a esta tierra, estamos atados a las circunstancias, a los remolinos momentáneos que se viven en cada paso que se da, estamos atascados en los momentos felices e infelices que a diario nos visitan.  Somos un eco que ha dejado de ser sonoro, somos el grito en el silencio que ya no se escucha, estamos perdidos en el limpio océano, naufragando sin saber hacia cual rumbo debemos nadar.  

Cuantas notas musicales se han perdido en este sin razón de la vida, el alma está cansada, esta tan cansada de no estar como quisiera, de no sentir, de no vivir, de no morir, si fuese cierto lo que dicen cuando alguien fallece… Tal vez el alma vagaría por allí, pero no se sabe porque no está a nuestro alcance todo lo que logra ver en el transcurso de su camino a la ascensión. 

No quiero tener razón, no quiero tener respuesta a preguntas que no tienen respuesta, no quiero perder el tiempo pensando en lo que fue y lo que será, no quiero querer, ni creer, ni desear, ni tocar, ni sentir…

Lo único que se debe hacer es continuar, respirar, escuchar, admirar, no parar por más obstáculos que existan o se creen en la inmensidad del camino, lo único que debemos entender es que no nos pertenece la decisión de si se debe o no continuar, solo estamos para cumplir esa meta indescriptible y sin razón que no está al alcance de muchos. No existe un ¿para qué? O ¿un por qué?

lunes, 18 de junio de 2012

Es inconfundible e innegable lo mal que nos hace sentir no tener control de la realidad. Por ejemplo; cuando algunas cosas o circunstancias nos afectan a través de otros, lo mejor que podemos hacer es enmascararla con palabras de aliento como “todo estará bien”, olvidando y obviando el hecho de que no somos nosotros quienes necesitamos estar en calma, ni tener ese consuelo, no; no somos nosotros quienes necesitamos sostenernos en pie mientras se lucha por continuar adelante a pesar de las dificultades existentes.

Lo que tal vez atormente a nuestro espíritu es estar seguros de que recae en nosotros la responsabilidad de no permitir que se derrumbe ese incierto consuelo, somos los directos responsables de estar atentos y atados a no permitir que la barrera de la melancolía ate aquellas situaciones tan abrumadoras. Sabemos que la vida es un largo camino que tiene muchas opciones por seguir, que las decisiones afectan no solo a quien las toma, sino también a quienes tienen la responsabilidad de llevarlas a cabo.

Somos un grupo de ingenuos cuando pensamos que somos únicos porque tenemos inteligencia para decidir. Que lejos de la verdad estamos cuando creemos que no dependemos absolutamente de nadie ni de nada. Pero como se ha manifestado en tantas otras páginas, somos una de las creaciones con el deber de estar al tanto de los miedos que nos aplastan si lo permitimos.

sábado, 16 de junio de 2012

Pensar se hace mas tedioso que actuar, sentir se hace mas difícil cuando lo único que quieres es expresar lo desagradable que puede llegar a ser la idea que se tiene de la humanidad misma. 

No estamos lo suficientemente evolucionados como para ser capaces de dejar pasar por alto las minimiedades de la existencia humana, no somos aptos al cien por ciento para que la frustración, la tristeza, el enojo, la melancolía que nos absorbe desde lo más recóndito de nuestro ser sea suprimido totalmente.

Estamos atados a la variedad diaria de una existencia física, estamos atados al no olvido de lo pasado, estamos atados a la vergüenza de ver en los rostros ajenos lo que más detestamos de nosotros mismos. 

Somos el despojo de lo que somos, no es comprensible aun para nuestros cerebros que las palabras, que las acciones y muchas otras cosas a las que estamos acostumbrados nos cieguen. 


¿Cuándo sabrá nuestra razón cual es el motivo de la continuidad diaria?, ¿cuándo sabremos la verdad sobre cuál es el momento propicio de descanso total?, ¿por qué no se puede volver al inicio real y decidir si queremos envolvernos en este actual desorden desbordante de irrealidad?

martes, 12 de junio de 2012

Empezar a darse cuenta de que estamos o dependemos de las acciones no solamente nuestras, sino también de los demás no nos deja brecha de oposición, luchamos fervientemente por tratar de controlar lo que creemos que podemos controlar. Luchamos fervientemente por borrar de nuestras mentes el hecho de estar estancados en este barco sin rumbo fijo.

Peleamos sin tener idea de cuál será el resultado deseado, así ha sido el transcurrir de nuestros días sin gloria, ni victoria. Es triste darse cuenta que lo que posiblemente sea la alegría de nuestro duro trabajo no sea nada más que la respuesta del premio recibido por haber cumplido con nuestro papel de niños buenos, el papel que tuvimos que iniciar a representar desde que nacimos.

Si corremos con suerte y somos lo suficientemente suspicaces nos damos cuenta de que estamos atados por una cadena que de vez en cuando nos permite darnos el lujo de soltarnos solo lo necesario como para ilusionarse porque se cree que estamos en el camino correcto, porque ilusamente se nos permite llenarnos de ilusiones y esperanzas de lo que queríamos llevar a cabo tiene todas las posibilidades del mundo de cumplirse.

Nos dejamos llevar por la felicidad de ver algún progreso, algún vestigio de lo bien encaminados que estamos, somos el dulce grito del alma de muchos que se llena de tristeza cuando conocemos la cruel realidad, no estamos encaminados en ningún camino, solo seguimos la senda que se nos fue trazada de antemano por ese alguien injustificado que no nos permite salirnos del camino programado.




Estamos atados, atascados… o existe posibilidad de volar?

domingo, 3 de junio de 2012

En aquella época solíamos pensar que absolutamente nada nos tocaría, solíamos no tener conciencia de cuan cerca de nosotros estaría la vida, solíamos pensar absurda mente que todo cuanto hiciéramos era únicamente en aquel instante, sin dar importancia al hecho absoluto de que toda acción trae consigo una reacción.  Eramos el curso nuevo, la idea sin proclamar, la hazaña sin llevar a cabo, los visionarios.

Todo cuanto salia de nuestra imaginacion era inigualable, eramos tan inocentes, tan llenos de vida y de control de todo lo que no controlaríamos, eramos tan llenos de ilusiones y alegrías por llevar a cabo.

Que pronto nos dimos contra aquel muro alto y grueso de la verdad, que tan fuerte fue el dolor ocasionado por nuestra propia decepción, que difícil fue aceptar que nuestros sueños puros, solo serian llevados a cabo con gran esfuerzo, pero lo peor y tal vez mas aterrador; fue el darnos cuenta de que no solo dependemos sin querer de los y lo demás. 

No, lo peor fue dar por sentado que nuestra anciada libertad no es mas que una dulce ilusión del alma y del espíritu.

Estamos tan atados a la misma humanidad que no nos deja espacio para creer que podemos huir de ella sin dejar huella.

viernes, 9 de marzo de 2012

Cuando las personas se dejan regir por las acciones negativas y por la necesidad de molestar a quienes los rodean sin medir las consecuencias de sus actos, hacen que el camino que tenían designado se pierda hacia senderos oscuros.

Somos víctimas de las circunstancias que creamos, estamos hechos de las decisiones que tomamos, deberíamos tener en cuenta que toda acción que llevemos acabo aunque pensemos erróneamente que no nos afectara, de una manera u otra lo hará.

Sin dudarlo deberíamos entender también que no nos alcanzara la vida para darnos cuenta de lo equivocados que podemos estar, que este inmenso mundo nos puede llenar de privilegios y de regalos sin precedente con solo abandonar el camino oscuro que nos vamos forjando.

No es mentira aquello que dicen de que seremos victimas de nuestro propio invento.

Lo terrible que se puede llegar a ser cuando se piensa solo en como lastimar a quienes nos rodean, es algo totalmente incalculable, si supiéramos que desde el fondo del corazón a los únicos a los que estamos realmente maltratando es a nosotros mismos, tal vez solo tal vez aprenderíamos a vivir aceptándonos mutuamente y aprendiendo que nunca seremos iguales, que por nuestras grandes diferencias podemos llegar a ser mejores si amamos de verdad y sin condiciones.

sábado, 21 de enero de 2012

CONCIENCIA.

Ver cómo pasa el tiempo es inevitable, ser consciente de que al aumentar la edad, se deja de lado la frescura de la infancia, se deja de lado la aventura de la inexperiencia, con cada año que vamos acumulando seremos cada vez mayores, dejaremos tanto en nuestro cuerpo físico como en el espiritual marcas imborrables.

Ser adultos implica responsabilidades que no se pueden evitar, ser independientes económicamente es un requisito inevitable, saber que a medida que pasa el tiempo se encuentra de paso en nuestro camino innumerable cantidad de personas, que pueden ser importantes y que dejaran huellas en la historia que hemos ido creando.

Lo que aun no estamos dispuestos a olvidar o más bien a aceptar es que físicamente dejamos de lado el aspecto físico que adquirimos cuando pasamos de niños a adolescentes y de esta etapa a adultos, sobre todo cuando se es de sexo femenino, y más cuando se está influenciado por los medios de comunicación en donde se pueden detallar mujeres y hombres con cuerpos esculturales y bien formados.

Quien pudiera tener esos pectorales tan espectaculares como aquellos hombres deportistas o modelos que suelen pasar en los programas de moda, o esas chicas delgadas casi famélicas denominadas modelos o actrices, con esos cabellos lacios y bien peinados. Aunque parece increíble, somos deseosos o envidiosos por no tener solo un poco el aspecto que ellos tienen.

A medida que el tiempo avanza nos damos cuenta que no podemos detener lo inevitable, nos damos cuenta que cada diez años cambiamos drásticamente y que no podemos a menos que usemos doctores para que nos moldeen como a las estatuillas de arcilla o como a los cuadros recién pintados, no lograremos volver al pasado.

Somos deprimentes, llega un momento en la vida de un ser humano en que quisiera que todo se detuviera, que todo lo que aún le falta por averiguar no llegue, saber que lo que deseaste realizar no será logrado por el poco tiempo que te puede quedar, saber que mientras más avanzas más cerca estas del final que no sabes cómo será pero si sabes que llegara.

Tal vez estemos tan cansados cuando el momento se aproxime que no tendremos tiempo de pensar en esas cosas, tal vez estamos tan ciegos que cuando estemos terminando sin importar como, queramos aferrarnos nuevamente al aire que entra a través de nuestros pulmones, queramos continuar mostrando al sol el rostro pálido y arrugado.

Aun sabiendo como terminar, el miedo a partir de este mundo no nos permita soltarnos, dejarnos caer por fin en ese esplendido momento decisivo del final, no saber absolutamente nada, pues la poca conciencia que se tiene se pierde.