miércoles, 21 de mayo de 2014

Has visto los atardeceres, los matices de colores que se forman a través de las nubes y que se unen con las montañas, aunque no tienen una duración eterna, dan la sensación de que están allí desde siempre y así perduraran. Sin quererlo despiertan sentimientos de nostalgia y alegría, nos muestran la inmensidad de nuestro mundo y lo pequeños que somos ante el, nos desvelan las diversas verdades que se esconden ante tanta belleza y lo poco que apreciamos tener tanto a nuestro favor.

Somos parte de esa gran inmensidad,  y a pesar de que esta al alcance de las manos no podemos compartirla con los que nos rodean, porque no nos pertenece de verdad, solo esta allí para que veamos un poco lo que nos perdemos día a día, nos permite vislumbrar que en cualquier momento se puede repetir, sin embargo solo lo hace porque debemos entender que las oportunidades no son las mismas, tenemos espacios en los que podemos escoger sentirnos participes de ellos, pero también existen aquellos espacios que aunque podemos estar cerca de ellos solo somos parte porque estamos allí nada mas.

Eso no significa que no se tenga elección para ellos, porque de ser así; podríamos escoger estar en un lugar totalmente diferente y no tendríamos que sentir que nos perdimos de ese momento.


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